El Joker; Desde Diferentes Perspectivas

Zazil Felix Diaz Ramirez, Shekinah Hurtado Franco, Gael Cardenas Vaquera.


El psicoanálisis, la teoría revolucionaria desarrollada por Sigmund Freud, ha ejercido una profunda influencia en el arte cinematográfico, convirtiéndose en una lente a través de la cual explorar las complejidades de la mente humana. Los conceptos freudianos del inconsciente, la represión, la sexualidad y los conflictos intrapsíquicos han sido ampliamente utilizados por directores y guionistas para dar forma a sus narrativas y representaciones visuales.

Uno de los elementos clave del psicoanálisis que ha resonado en el cine es la noción del inconsciente, definido por Freud como "la verdadera realidad psíquica" (Freud, 1900, p. 613). Directores como David Lynch han utilizado técnicas surrealistas y oníricas para representar los deseos reprimidos y los miedos inconscientes de sus personajes. En "Mulholland Drive" (2001), Lynch crea un mundo onírico donde los límites entre la realidad y la fantasía se difuminan, reflejando el funcionamiento del inconsciente.

Otro concepto fundamental del psicoanálisis que ha sido ampliamente explorado en el cine es la teoría de la sexualidad infantil y el complejo de Edipo. Alfred Hitchcock, un cineasta profundamente influenciado por el psicoanálisis, abordó estos temas en películas como "Psicosis" (1960) y "Vértigo" (1958). En "Psicosis", el personaje de Norman Bates encarna la fijación edípica y la identificación con la madre, mientras que en "Vértigo", el protagonista Scottie Fergusón experimenta una transferencia de deseo hacia una mujer que le recuerda a su amada fallecida (Žižek, 1989).

Además, el psicoanálisis ha sido una fuente de inspiración para explorar los mecanismos de defensa del yo, como la represión, la negación y la proyección. En "El lado oscuro del corazón" (1992), el director Robert Benton utiliza la técnica psicoanalítica de la asociación libre para revelar los traumas reprimidos del personaje principal, Eddy Quinlan (Žižek, 1989).

Cabe destacar también la influencia del psicoanálisis en el cine de autor y experimental. Directores como Ingmar Bergman y Luis Buñuel han utilizado simbolismos y metáforas psicoanalíticas para representar los conflictos psicológicos y los deseos inconscientes de sus personajes. En "El perro andaluz" (1929), Buñuel y Salvador Dalí crean una serie de imágenes surrealistas que desafían la lógica consciente y evocan las profundidades del inconsciente (Breton, 1924).


La aclamada película "The Joker" de 2019 nos sumerge en la retorcida psique de Arthur Fleck, un hombre marginado por la sociedad que sufre una profunda enfermedad mental. A medida que presenciamos su escalofriante transformación en el icónico villano, podemos analizar su trastornada mente a través del lente de diferentes teorías psicoanalíticas. Este ensayo explorará cómo los conceptos de Sigmund Freud, Anna Freud, Carl Jung, Otto Rank y otros contribuyentes pueden ayudarnos a comprender los sombríos rincones de la psique de Arthur Fleck/Joker.

Según Freud, la psique se compone del Ello ("contenido por entero de lo heredado, de lo innato"), el Yo ("instancia defensiva contra las exigencias pulsionales") y el Superyó ("heredera de la influencia parental"). En "The Joker", vemos cómo el Ello de Arthur Fleck va apoderándose de él. En la escalofriante escena donde asesina a los tres hombres en el metro que se burlaban de él gritando "¿Qué tal una sonrisa?", Arthur deja salir sus violentos impulsos reprimidos del Ello de manera brutal e incontrolable.

Por otro lado, su debilitado Yo queda evidenciado cuando Arthur pierde por completo el contacto con la realidad durante su trágica aparición en el programa de Murray Franklin. "¿Sabes qué es lo más gracioso? Tú lo llamaste 'show de la risa'. No hay nada gracioso, hago lo que hago porque me vieron la cara", expresa en su colapso psicótico.

Quizás más inquietante es la casi total ausencia de un Superyó en Arthur Fleck. Luego de asesinar a su madre abusiva y mentirosa, Arthur muestra una profunda falta de remordimiento o culpa, bromeando fríamente "Ella todavía no estaba lista para las flores", evidenciando cómo su conciencia moral está gravemente atrofiada.


La negación queda patente cuando Arthur se niega rotundamente a aceptar que abusó de su vecina discapacitada, Sophie, con quien fantaseaba tener una relación. "Ella me persiguió", insiste preso de sus delirios, un claro ejemplo del mecanismo que Anna Freud describió como "el rechazo de la realidad".

La proyección también es evidente cuando Arthur culpa a la sociedad y al sistema de todos sus problemas: "Lo único que hago todo el día es tomar pastillas para que la gente pequeña como tú no me moleste", negándose a asumir responsabilidad tal como Anna Freud describió con este mecanismo de defensa.

Finalmente, la escalofriante disociación llega a su punto máximo cuando Arthur adopta por completo su nueva identidad como el Joker, separándose por completo de su "yo" original Arthur Fleck. "¿Arthur? Esa no es mi identidad", afirma distanciándose de su antiguo ser, un fenómeno que Anna Freud denominó el "retiro de la realidad".


El arqueotipo del "loco" o "bufón" que Jung describió como un "complemento de la sabiduría humana" se manifiesta poderosamente cuando vemos al Joker bailar frenéticamente en las escaleras después de cometer múltiples asesinatos, desafiando las normas sociales con su locura.

La "sombra" junguiana, "la parte inferior, socialmente o moralmente indeseable" de la psique, emerge de forma aterradora cuando Arthur libera sus impulsos destructivos y antisociales. La escena del asesinato aleatorio del sujeto en la ventanilla de Tíos Gazzy's captura esta sombra interna sin restricciones morales.

La búsqueda de identidad de Arthur puede verse como una representación distorsionada del arquetipo del "héroe" que Jung describió como "un varón adulto que atraviesa diversas pruebas difíciles". Pero en lugar de la heroica jornada de autodescubrimiento, Arthur halla su "sí-mismo" en la locura nihilista del Joker.

De hecho, el concepto junguiano del "sí-mismo", descrito como "la totalidad de la psique" es central en la película. La constante lucha interna de Arthur por "conocer su propia individualidad y singularidad" (Jung, 1964) finalmente lo lleva a abrazar su oscuro alter ego, un trágico ejemplo de individuación retorcida.


La teoría del trauma de Otto Rank también puede aplicarse a la psique de Arthur Fleck. Según Rank, "el trauma es la consecuencia de una experiencia de miedo intenso que deja al individuo fijado en un estado de inmadurez emocional" (Rank, 1924). Los abusos y negligencia sufridos por Arthur en su infancia lo dejaron traumatizado y estancado en un estado de desarrollo emocional infantil.

Además, la idea de Rank sobre la "doble vida" se manifiesta en la disociación de Arthur entre su identidad como un hombre marginado y su alter ego como el Joker. "El individuo desarrolla una personalidad artificial como una defensa contra su propia realidad interior, creando así una doble vida" (Rank, 1932), un fenómeno que se observa claramente en la transformación de Arthur.

Al analizar "The Joker" a través de las lentes de las teorías psicoanalíticas de Freud, Anna Freud, Jung, Otto Rank y otros, obtenemos una ventana a la profundamente perturbada psique del protagonista Arthur Fleck. Las citas textuales y ejemplos específicos de la película ilustran vívidamente cómo los conceptos de estas teorías cobran vida de forma escalofriante en la transformación del protagonista. Desde el dominio del Ello y la ausencia de Superyó de Freud, hasta los mecanismos de defensa patológicos descritos por su hija Anna, la manifestación de los arquetipos del inconsciente colectivo propuestos por Jung, y el trauma y la doble vida de Otto Rank, "The Joker" es una profunda e inquietante exploración psicoanalítica del lado más oscuro de la naturaleza humana.








Referencias:

Freud, S. (1900). La interpretación de los sueños. Amorrortu Editores.

Žižek, S. (1989). La mirada objeto-causa del deseo. Amorrortu Editores.

Breton, A. (1924). Manifiesto surrealista. Amorrortu Editores.

Freud, S. (1923). El yo y el ello. Amorrortu Editores.

Freud, A. (1936). El yo y los mecanismos de defensa. Paidós.

Jung, C. G. (1964). El hombre y sus símbolos. Paidós.

Rank, O. (1924). El trauma del nacimiento. Paidós.

Rank, O. (1932). La doble vida. Amorrortu Editores.

Comentarios

  1. Excelente trabajo, me parece que realizas un análisis brillante y preciso, felicidades, continua así por amor al psicoanálisis.

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